lunes, 7 de marzo de 2011

Una semana blanca que unos ven negra

En Catalunya estamos estos días de la primera y última semana blanca, al menos por el momento. El actual gobierno catalán ya dijo en su acceso al poder que ésta sería una medida de muy corto recorrido, incluso barajó la posibilidad, con todo lanzado, de abortar la acción. no hubiera estado mal. La semana presente es para muchas familias catalanas un quebradero de cabeza, sobre qué hacer con tus niños, si el calendario laboral no contemplaba este respiro. Es curioso ver cómo en este país medidas tan extendidas en otras latitudes, no tan lejanas, resultan tan problemáticas en España. Y no sólo hablamos de la efímera semana blanca, también de la ley antitabaco, de los 110 kilómetros/hora,...
Pero no todas las voces surgidas en esta semana blanca han sido negativas, ante los recientes fríos y buenas nevadas, las estaciones de esquí preparan unos días que se esperan arrojen unos resultados más satisfactorios que el año pasado en un 30%. Tras una temporada marcada por la ausencia del blanco elemento, y bastante irregular, se ha intentado desde este colectivo que la Generalitat mantenga la semana tal cual, no parece que su petición vaya a tener mucho eco.
De cualquiera de las maneras, sí que se sugiere una reflexión ante estos siete días. Quizá evaluar su impacto sea interesante más allá de la lectura partidista. Algunas familias sí que han podido conciliar sus quehaceres laborales. Éstas están camino o de la nieve o de otro destino. Sencillamente disfrutando de unos días que de otra forma hubiera sido imposible. Si bien también los hay que deben afrontar el gasto extra, otra vuelta de tuerca, de contratar casales y actividades para tener entretenida a la chavalería. Y cuando el IPC arrima con tal ahínco a los titulares de nuestra economía de cada día, quizá no sea la mejor noticia.
De cualquiera de las maneras, el sector turístico, como industria motor que arrastra actividad como pocas, debiera hacer números, sacar punta, y si la cosa se pone a tiro reclamar su repetición en años sucesivos. Por mucho que la eliminación de esta semana estuviera en ideario electoral, rectificar en tiempos complejos se impone a cualquier otra promesa. 

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