lunes, 31 de enero de 2011

Camino de Santiago- Highligths: San Martín de Frómista, la iglesia que todos quisiéramos tener en casa

La acequiada Frómista. Reducto urbano en la inmensidad ocre de la Tierra de Campos Palentina. Terreno de nadie. Transición hacia la septentrional montaña, altiplano castellano. Confines de cereal, palomares. Encefalograma plano por paisaje. Zona travesada por el Canal de Castilla, flecha de la ilustración sobre la ruta Jacobea. Frómista esconde una de las joyas del Camino, Sant Martín. Un llavero de iglesia, que nos llevaríamos a casa como cualquiera de los manjares de la zona para uso y disfrute exclusivo de nuestros sentidos. Deleite para el buen gusto.
San Martín de Frómista cumple todos aquellos cánones que hacen del románico mi estilo predilecto. Esbeltez, elegancia de lo austero, sencillez en la forma aunque no en fondo. Aparejo perfecto, quizá excesivamente retocada, si bien luce preciosa. Es el reflejo de una época de recogimiento, de introspección. Cargada de detalles, de simbolismo. Un libro en piedra desnudado de todo aparejo posterior, bien fuera barroco, bien neoclásico, para evidenciar cuán bonito pudo ser este estilo en su época de esplendor.
Sus impostas guardan los mejores ajedrezados de la ruta hacia Santiago. Sus canecillos despiertan nuestra intelecto. Imaginario fantástico como pocos. Monstruitos boquiabiertos, burlescos, desafiantes, pero a quién, ¿al peregrino,  al lugareño, a los malos espíritus?. Incógnitas pétreas camino del milenio de vida. A los pies dos torrecillas circulares, al modo alemán dicen los manuales. Estéticamente preciosas. Como remate, el más original de cuantos encontramos en el románico.
Atravesar el umbral de su puerta sur es adentrarse en el mundo miniado de la Edad Media. Proporciones perfectas, escala humana, espacio diáfano entrelazado con bella columnata de inmejorables capiteles. Merece la pena ver uno a uno. Historia medieval, libros hacia la muchedumbre analfabeta. Esas fueron las gacetillas de un tiempo de miseria y oscuridad. Eso es lo más reconocible que la madre Iglesia podía hacer entender a sus fieles. Hacer entender con imágenes, sin letra de por medio, ¿hablamos de Edad Media o siglo XXI?.
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Túnez, Egipto, ... cual serpentín. Estamos ante un cambio cierto o maquillaje y artificio??? La historia nos dice que lo segundo se ha impuesto a lo primero.
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Este blog surge del de Joan Seguidor. Mezclar es malo se dice. Allí ciclismo, aquí paranoias más mundanas.

jueves, 27 de enero de 2011

Crisis económica, quiebra moral...

Asistimos a una confusión generalizada. Tópicos y verdades que nos explicaron como perennes se tambalean. La vida como un calcetín dado la vuelta. Se dice que la subcultura de masas nació en España durante la dictadura franquista. A saber: fútbol, toros, revistas, novela rosa,... opio del pueblo, el gobierno jugando a trilero con su pueblo.
Cincuenta años después de alumbrar tal amasijo de banalidades, poco o nada ha cambiado. Entonces, la imposición de la subcultura era “por huevos”, ahora nos anestesia ante el flagrante timo del que estamos siendo víctimas. No sé, levantar la mirada actualmente puede suponerte una dosis de optimismo, visto el percal el margen de mejora es casi infinito, pero también cunden momentos de desánimo.
Diferentes fueron los tiempos aquellos de las sacudidas económicas que España sufrió allá por los siglos XVII y XVIII. Monarquías absolutistas, con herramientas de maquillaje tales que no parecían absolutistas, que lograron sumir el país en varias quiebras económicas, pero también morales. Entonces los malos fueron los banqueros genoveses. Entonces la población crecía entre susurros de Quevedo, de Góngora, de Lope de Vega, ahora lo hacemos entre gritos de..., mejor no mentarlos.
Quien quiera ver en el sistema actual una quiebra de los valores económicos yerra en el pronóstico, al menos en parte. Nuestro sistema chirría en todos los órdenes, estamos en quiebra moral, desprovistos de valores, subvencionados y adormilados. Pero ahí fuera hace frío, y mucho me temo que en breve no habrá techo donde cobijarnos.

Fitur en vena

Mi Fitur ya ha acabado. Con dos de los tres días profesionales ya consumidos, y con una tercera jornada, la de hoy viernes que marca el cambio de perfil del público es un buen momento para pasar revista. A partir del mediodía muchos profesionales surgirán despavoridos por las puertas de salida ante la muchedumbre que se prevé para el fin de semana.
El balance no es malo. Hay sensación de que el año 2011 puede significar un lento despegue. Es importante recalcar lento, por que las campañas de locura vividas en el periodo 2004-2007 parecen lejanas de repetirse al menos en el corto plazo. La consabida crisis nos ha situado donde debíamos y sorteado el trompazo iniciar, la gente demuestra ganas de seguir progresando por una senda más racional.
Ha sido una feria de código compartido, ese etiquetado tan usual en terminología aérea que aterriza en la pista hotelera. Cadenas que se fusionan, que adquieren, que crecen, que decrecen para volver a crecer, los compañeros de cama han resultado insospechados, aunque por el momento insignificantes en el montante del sector por que España sigue siendo, en hotelería, un negocio muy atomizado por mucho que espante a algunos.
Sin duda el día más pintoresco de Fitur es el jueves. Un carrusel de días de la región recorre esa mitad de la feria que se dedica a las comunidades. Asombra lo absurdo de la escena. Primeros espadas autonómicos, presidentes, consejeros, concejales,... en ruedas de prensa de acceso restringido cuyas primeras filas se pueblan de más políticos. Actos de consumo interno, de interés limitado. España es un país en continua campaña electoral y Fitur es entendido por muchos como esos pabellones y polideportivos que acogen mítines de partido.
Los pabellones regionales volvieron a rozar el lleno absoluto. En los de empresa privada se observaron espacios muertos –bajo el título meeting point-, falsas paredes, ... la recuperación será larga. Sin embargo me sigue asombrando la capacidad de atraer destinos multinacionales. Los cinco continentes están en Fitur, en un proceder cuya lógica se me escapa. Si la demanda española vive en una obvia debilidad  cómo es posible tan masiva asistencia por países de medio mundo. En esto Fitur se equipara a las otras grandes del sector, ITB y WTM, sin embargo el mercado emisor español no es ni por asomo ni el alemán ni el inglés.

En fin que cayó otro Fitur, el undécimo...

Qué reyes han sido católicos

Como en tantas otras cosas, España en sus tiempos gloriosos también fue a remolque algún campo. A finales del siglo XV, cuando los Reyes Católicos, entonces Isabel y Fernando, o viceversa, por lo igualitario de su reinado, expulsaron a judíos de la Península Ibérica alguna sonrisa se esbozó en alguna de las cavernas católicas y europeas. “Menos mal” les dijeron “ibais con retraso” en esa tarea que consistía en la homogeneización religiosa del país, entonces ya con Granada en el cuartelado del regio escudo.
Aquel gesto les valió un enorme honor venido desde el papado. Alejandro I, valenciano de origen, les otorgó el título de Reyes Católicos, lanzando para la eternidad uno de los emblemas de esa España que se sacudió los óxidos medievales mediante ropajes humanistas. Si bien esa afamada pareja del renacimiento español fue la primera, y original, no fue la única que se valió de tan sacro apodo pues tras ellos todos los reyes españoles fueron “católicos” hasta la salida de Alfonso XIII, por cortés invitación de la segunda República, en 1931. Incluso su nieto y actual regente podría decir “con orgullo y satisfacción” que él es rey católico.  Es decir, en el estatus de “católico” yace la entera estirpe de los Austrias, con sus dos “vedettes” Carlos V y Felipe II en vanguardia, y los Borbones, desde que estos se instalaran con Felipe V. Monarquía y religión, tanto monta...

Por cierto a ver cuándo visito Sos del Rey Católico, municipio entre los más bonitos, me consta

¿Quién era Juan Seguidor?

Juan Seguidor fue Francisco Canto Arroyo. Y ¿quién fue Francisco Canto Arroyo?. Para muchos el padre del periodismo ciclista, la persona que sentó cátedra cuando este deporte circulaba por el empedrado de su prehistoria. Desde sus páginas de La Vanguardia sentó cátedra hasta que falleció en 1948. En esas primeras cuatro décadas del pasado siglo sembró de conocimiento el camino de muchos que entonces no tuvieron, ni soñaron, loe medios que hoy nos abruman. 
Juan Seguidor era el formulismo, el pseudónimo que dirían muchos, que Canto Arroyo utilizaba para firmar sus crónicas de "serie B", para explicar los cotilleos, despiezar las bambalinas, abrir al lector la rebotica. Sin rencores, sin intención de dañar. Desde la amabilidad, desde la cordura, lo que se dice "buen rollo". Esa crónica en paralelo es la esencia de lo que pretende este blog. Espacio para opinar, no para informar.
Una parcelita de  tres bandas, cada cual más amplia y ambigua si se quiere. Una será el ciclismo, el hilo conductor de mi vida, la pasión desde que tengo conocimiento. Con la bicicleta físicamente llego a todos los sitios, en mi ánimo también. Con ella paseo por la historia, vinculo recuerdos, rememoro épocas pretéritas, contextos que vieron las grandes gestas. La bicicleta entronca de pleno con mis otras grandes pasiones, la historia, el arte y por ende el turismo. Espero encontrar aquí el espacio que cada uno merece. Espero en definitiva que os guste.

En la imagen la muralla de Ávila, su lienzo septentrional, el más espectacular, el que sirve de escenario para magníficos finales de etapa de la Vuelta a España.