jueves, 27 de enero de 2011

Crisis económica, quiebra moral...

Asistimos a una confusión generalizada. Tópicos y verdades que nos explicaron como perennes se tambalean. La vida como un calcetín dado la vuelta. Se dice que la subcultura de masas nació en España durante la dictadura franquista. A saber: fútbol, toros, revistas, novela rosa,... opio del pueblo, el gobierno jugando a trilero con su pueblo.
Cincuenta años después de alumbrar tal amasijo de banalidades, poco o nada ha cambiado. Entonces, la imposición de la subcultura era “por huevos”, ahora nos anestesia ante el flagrante timo del que estamos siendo víctimas. No sé, levantar la mirada actualmente puede suponerte una dosis de optimismo, visto el percal el margen de mejora es casi infinito, pero también cunden momentos de desánimo.
Diferentes fueron los tiempos aquellos de las sacudidas económicas que España sufrió allá por los siglos XVII y XVIII. Monarquías absolutistas, con herramientas de maquillaje tales que no parecían absolutistas, que lograron sumir el país en varias quiebras económicas, pero también morales. Entonces los malos fueron los banqueros genoveses. Entonces la población crecía entre susurros de Quevedo, de Góngora, de Lope de Vega, ahora lo hacemos entre gritos de..., mejor no mentarlos.
Quien quiera ver en el sistema actual una quiebra de los valores económicos yerra en el pronóstico, al menos en parte. Nuestro sistema chirría en todos los órdenes, estamos en quiebra moral, desprovistos de valores, subvencionados y adormilados. Pero ahí fuera hace frío, y mucho me temo que en breve no habrá techo donde cobijarnos.

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