jueves, 27 de enero de 2011

Fitur en vena

Mi Fitur ya ha acabado. Con dos de los tres días profesionales ya consumidos, y con una tercera jornada, la de hoy viernes que marca el cambio de perfil del público es un buen momento para pasar revista. A partir del mediodía muchos profesionales surgirán despavoridos por las puertas de salida ante la muchedumbre que se prevé para el fin de semana.
El balance no es malo. Hay sensación de que el año 2011 puede significar un lento despegue. Es importante recalcar lento, por que las campañas de locura vividas en el periodo 2004-2007 parecen lejanas de repetirse al menos en el corto plazo. La consabida crisis nos ha situado donde debíamos y sorteado el trompazo iniciar, la gente demuestra ganas de seguir progresando por una senda más racional.
Ha sido una feria de código compartido, ese etiquetado tan usual en terminología aérea que aterriza en la pista hotelera. Cadenas que se fusionan, que adquieren, que crecen, que decrecen para volver a crecer, los compañeros de cama han resultado insospechados, aunque por el momento insignificantes en el montante del sector por que España sigue siendo, en hotelería, un negocio muy atomizado por mucho que espante a algunos.
Sin duda el día más pintoresco de Fitur es el jueves. Un carrusel de días de la región recorre esa mitad de la feria que se dedica a las comunidades. Asombra lo absurdo de la escena. Primeros espadas autonómicos, presidentes, consejeros, concejales,... en ruedas de prensa de acceso restringido cuyas primeras filas se pueblan de más políticos. Actos de consumo interno, de interés limitado. España es un país en continua campaña electoral y Fitur es entendido por muchos como esos pabellones y polideportivos que acogen mítines de partido.
Los pabellones regionales volvieron a rozar el lleno absoluto. En los de empresa privada se observaron espacios muertos –bajo el título meeting point-, falsas paredes, ... la recuperación será larga. Sin embargo me sigue asombrando la capacidad de atraer destinos multinacionales. Los cinco continentes están en Fitur, en un proceder cuya lógica se me escapa. Si la demanda española vive en una obvia debilidad  cómo es posible tan masiva asistencia por países de medio mundo. En esto Fitur se equipara a las otras grandes del sector, ITB y WTM, sin embargo el mercado emisor español no es ni por asomo ni el alemán ni el inglés.

En fin que cayó otro Fitur, el undécimo...

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